Desde los albores de la astronáutica, los animales se han utilizado para probar la supervivencia en vuelos espaciales, años antes de las misiones espaciales tripuladas. En los vehículos espaciales, se han estudiado sus signos vitales para investigar distintos procesos biológicos y los posibles efectos de la microgravedad.
En 2022, siete países habían enviado animales al espacio: Estados Unidos, Unión Soviética, Francia, Japón, China, Argentina e Irán. En las décadas de 1950 y 1970, Argentina llevó a cabo varios experimentos, enviando varios animales como ratas blancas, conejitos de indias o monos en vuelos suborbitales.
Son nombres que ya pertenecen a la historia de la astronáutica, como la rata argentina Bellisario; la tortuga de Horsfield y el conejo de Marfusa, ambos de los soviéticos, o los ratones Amy y Rally de Estados Unidos.
Pero sin duda, el animal más famoso enviado al espacio es la perra Laika. Se trataba de un terrier con una mezcla de samoyeu que fue lanzado a la órbita el 3 de noviembre de 1957 por la nave espacial Sputnik II. Según la NASA, este pobre cachorro probablemente sólo sobrevivió uno o dos días.
Ham, el primer astronauta chimpancé, tuvo más suerte. el 31 de enero de 1961 se colocó en el cohete suborbital Mercury Redstone. El chimpancé mostró signos de fatiga y deshidratación cuando aterrizó en el océano Atlántico, pero los expertos médicos dijeron tener una buena esperanza de vida.
Michael Montero es especialista en Astronomía, cuenta con años de experiencia en observatorios y está especializado en avistamiento a media distancia. También ha preparado a algunos grupos de iniciados en astronomía. Una de sus aficiones más importantes es la observación de astros en la naturaleza, que practica cuando sus viajes y trabajo se lo permiten.