
La mayoría de los planetas giran en torno al Sol en ‘línea recta’. Por ejemplo, el eje de rotación de Mercurio se desvía de la vertical sólo 0,03º, mientras que el eje de la Tierra se desvía 23,44º. Sin embargo, hay un planeta que es opuesto a los demás: Urano, que orbita alrededor de nuestra estrella ‘yacente’ con una inclinación de 98°. ¿Qué tipo de fenómeno podría ‘bolzar’ un planeta tan grande?
¿Una colisión de planetas?
La principal hipótesis considerada hasta ahora es que el eje de rotación de Urano se desvió repentinamente por un fuerte impacto . El problema es que Urano mide unos 50.000 kilómetros de diámetro y 14,5 veces la masa de la Tierra, por lo que un cambio tan espectacular requeriría una colisión con un objeto de 6 a 7,2 masas terrestres. Sin embargo, la hipótesis de la colisión planetaria tiene varios inconvenientes.
Por un lado, además de su inclinación, el efecto de estas características también debería haber modificado su velocidad de giro. En cambio, Urano y Neptuno tardan tiempos muy similares para completar una revolución en su eje, lo que indica que ambos mantienen la velocidad de rotación que adquirieron durante su formación. Además, la configuración actual de las lunas de Urano no se puede contar con un solo impacto, sino que requeriría al menos dos o tres cambios en su eje de rotación.
Se han intentado resolver este problema sugiriendo que un solo impacto podría haber arrojado suficientes restos al espacio para formar las lunas actuales de Urano. La única manera de que este escenario ‘funcione’ es si el eje de rotación de Urano ya estuviera inclinado más de 30º antes de la colisión… Esto requeriría la intervención previa de otro fenómeno .
¿Interacciones gravitatorias?
La gravedad de otros cuerpos celestes puede dirigir el eje de rotación del planeta sin problemas. Por ejemplo, se ha sugerido que Urano podría haber tenido una gran luna en el pasado, con una masa entre Ganímedes y Marte mucho mayor que cualquiera de sus lunas actuales . Debido a la interacción gravitatoria entre ambos objetos, la precesión del eje de rotación de Urano habría resonado con la órbita de la Luna, provocando esta desviación muy exagerada. Esta hipótesis parece poco probable, porque actualmente nada indica que esa luna haya existido nunca.
Sin embargo, existen escenarios que no requieren una gran luna. Cuando se formó, Urano debió estar rodeado por un disco grueso de gas y polvo, que también habría interaccionado gravitacionalmente con el planeta . Si la masa de este disco fuera igual al 1% de la masa de nuestro planeta, podría haber inclinado el eje de rotación de Urano lo suficiente para inclinarlo unos 70º durante el primer millón de años de su existencia . En ese punto, un impacto con la mitad de la masa de la Tierra habría sido suficiente para inclinarla a su posición actual.
Ahora bien, ¿qué hipótesis explica las propiedades actuales de Urano y se adapta mejor a los modelos de formación de planetas?
Una escena mixta
Un nuevo estudio ha investigado en detalle la inclinación del eje de rotación de Urano y ha propuesto un nuevo escenario mixto que podría explicar todas estas características .
En su modelo, Urano se formó mucho más cerca del Sol que ahora, por lo que estuvo sujeto a fuerzas de marea mucho más fuertes durante las primeras decenas de millones de años del Sistema Solar que hoy. En esa posición, la precesión del eje de rotación de Urano habría empezado a resonar con la órbita de uno de los planetas vecinos, aumentando rápidamente su inclinación.
El eje de rotación de Urano se habría inclinado unos 40° durante ese tiempo, antes de que la interacción gravitatoria con los demás planetas gigantes le llevara hacia el sistema solar exterior. Una vez allí, una o más colisiones con otros cuerpos celestes acabarían inclinándolo hasta los 98º actuales. Esta inclinación podría haber sido causada por un solo impacto con la masa de la Tierra, pero según los cálculos de los autores del estudio, es mucho más probable que haya dos colisiones con dos objetos distintos con la mitad de la masa de la Tierra la Tierra. nuestro planeta (porque los cuerpos pequeños eran más abundantes). Por tanto, parece que la extraña configuración actual de Urano es el resultado de una combinación de la gravedad y las colisiones planetarias .
NO atornillar:
- En los últimos años, la comunidad astronómica se ha alejado de llamar a Urano y Neptuno ‘gigantes gaseosos’ a favor del término ‘gigantes de hielo’.

Ignacio Llorente es una amante del estudio de los planetas. Por eso nos enseña cómo poner en práctica los mejores consejos para avistarlos y analizarlos. Realiza largas caminatas por la naturaleza en plena noche con su equipo de astrónomos con frecuencia. Los mejores tips sobre planetas que podemos leer.