
El cráter Ocator, el enclave más brillante del planeta enano Ceres, contiene la mayor concentración de minerales carbonatados, sobre todo sal, nunca visto fuera de la Tierra. ‘Esta es la primera vez que vemos tanta cantidad de este material en cualquier otro sitio del sistema solar ‘, dijo el autor principal e investigadora principal Maria Cristina De Sanctis de la sonda espacial Dawn de la NASA. Nasa. De Sanctis tiene su sede en el Instituto Nacional de Astrofísica de Roma y su trabajo se ha publicado en la revista Nature.
Con unos 80 millones de años, Okator se considera un cráter joven. Su diámetro es de 92 kilómetros, y el eje central tiene unos 10 kilómetros de ancho. La estructura central de la cúpula, cubierta con un material muy reflectante, presenta fracturas radiales y concéntricas a su alrededor y alrededor.
La investigación de De Sanctis revela que el mineral dominante en esta zona luminosa es el carbonato sódico, un tipo de sal que se encuentra en la Tierra en ambientes hidrotermales. Parece que este material proviene del interior de Ceres, ya que el impacto del asteroide no podría haberlo abandonado, informa la NASA. La protuberancia de este material sugiere que el interior de Ceres es más caliente de lo que se pensaba. Un impacto de asteroide en Ceres puede haber contribuido al flujo de este material desde abajo, pero los científicos creen que un proceso interno también juega un papel.
Resultados más intrigantes sugieren que el agua líquida podría haber existido bajo la superficie de Ceres en los últimos tiempos geológicos. Las sales pueden ser restos del océano o cuerpos de agua locales que llegaron a la superficie y se congelaron hace millones de años. ‘Los minerales que hemos encontrado en la zona brillante central de Okator deberían ser sustituidos por agua’, dijo De Sanctis. ‘Los carbonatos apoyan la idea de que había actividad hidrotermal interna en Ceres que empujó estos materiales a la superficie dentro de Okator.
El espectrómetro de cartografía visible e infrarroja de la nave espacial estudia cómo se refleja la luz solar desde la superficie de Ceres a diferentes longitudes de onda. Esto permite a los científicos identificar los minerales que pueden generar estas señales. Los nuevos resultados provienen de mapas infrarrojos.
En un estudio publicado en Nature el año pasado, el equipo de De Sanctis informó que la superficie de Ceres contiene fililicados de amoníaco, o arcillas ricas en amoníaco. Dado que el sistema solar exterior es rico en amoníaco, el descubrimiento dio lugar a la idea de que Ceres podría haberse formado cerca de la órbita de Neptuno y migrar hacia el interior. Alternativamente, Ceres puede haberse formado más cerca de su posición actual entre Marte y Júpiter, pero el material se está acumulando en el sistema solar exterior.
Los nuevos resultados también detectan sales de amonio (cloruro de amonio y/o bicarbonato de amonio) en el cráter Okator. El carbonato hallado refuerza aún más la conexión de Ceres con los mundos helados del sistema solar exterior. El amoníaco, además del carbonato de sodio y el bicarbonato de sodio que se encuentran en Okator, se ha encontrado en los restos de Enceladus, la luna helada de Saturno conocida por sus géiseres que entran en erupción por grietas en su superficie. Estos materiales hacen que Ceres sea interesante para el estudio de la astrobiología.
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Ignacio Llorente es una amante del estudio de los planetas. Por eso nos enseña cómo poner en práctica los mejores consejos para avistarlos y analizarlos. Realiza largas caminatas por la naturaleza en plena noche con su equipo de astrónomos con frecuencia. Los mejores tips sobre planetas que podemos leer.