
Pequeñas partículas de polvo de un antiguo cometa, similares a las lluvias de meteoros observadas en la Tierra, caen regularmente en el planeta Mercurio. Este descubrimiento proporciona una visión de cómo funcionan sus atmósferas delgadas y puede conducir a nuevos paradigmas sobre cómo estos cuerpos soportan estas capas eterías.
Las lluvias de meteoritos se producen cuando la Tierra atraviesa una corriente de partículas de polvo dejadas por ciertos cometas. Una de las más famosas, las Perseidas, proviene del cometa Swift-Tuttle, que se vio por última vez en 1992 y no volverá al sistema solar interior hasta el próximo siglo.
También se ha encontrado con que Marte captura este fenómeno. El cometa Siding Spring pasó a menos de 100.000 millas de Marte el pasado año, cargando la atmósfera superior del planeta rojo con varias toneladas de material cometario.
Pero una nueva investigación, presentada en la reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la American Astronomical Society, demuestra ahora que no es necesaria una atmósfera densa para que se produzca un evento de este tipo.
Así, generalmente se considera que la Luna o Mercurio son planetas sin atmósfera. Su única protección son nubes etéricas de partículas atómicas ‘lanzadas’ desde la superficie o transportadas por el viento solar. Aunque estas capas son débiles en comparación con las atmósferas densas de la Tierra o de Marte, los datos de observación han revelado que son entidades complejas y dinámicas interesantes por estudiar.
Por ejemplo, el equipo de la sonda Messenger de la NASA, la primera nave espacial que orbitó Mercurio, midió cómo cambian determinadas especies de la exosfera con el tiempo. El análisis reveló un patrón de variación del calcio que se repite de un año (mercurio) a otro.
Los investigadores encontraron que la cantidad de calcio observada y las variaciones posteriores en el patrón podrían explicarse por los materiales arrojados a la superficie del planeta por los impactos. Pero una característica de los datos no tenía sentido: el pico de emisión de calcio se observa justo después de que Mercurio atraviese el perihelio, el punto más cercano de la órbita del Sol, y la teoría dictaba que el pico se debe producir justo antes.
De este modo, determinaron que ‘falta algo’ y que ‘algo’ es la corriente de polvo del cometa.
El cometa de Encke, descubierto en el siglo XVIII, recibe el nombre del matemático alemán que calculó su órbita. Tiene una órbita menor que cualquier otra roca y regresa a su perihelio cada 3,3 años, cerca de 50 millones de kilómetros del Sol. Su órbita y las partículas de polvo expulsadas de ella son lo suficientemente estables como para persistir durante milenios, dando lugar a un penacho de polvo denso.
Entonces, los expertos sugirieron que el polvo de Encke fue la causa de la subida de calcio de la superficie de Mercurio, lo que explicaría lo que vio Messenger.

Ignacio Llorente es una amante del estudio de los planetas. Por eso nos enseña cómo poner en práctica los mejores consejos para avistarlos y analizarlos. Realiza largas caminatas por la naturaleza en plena noche con su equipo de astrónomos con frecuencia. Los mejores tips sobre planetas que podemos leer.