
Las islas Canarias, junto con Chile y Hawái, son uno de los tres principales destinos astronómicos del mundo. Las características de su cielo son únicas y la ley que le protege es innovadora a nivel internacional. Este 31 de octubre se cumplen 30 años de la entrada en vigor de la llamada ‘ley del cielo’ que garantiza la calidad de la observación por parte de los astrofísicos de La Palma y Tenerife. La Razón visita el observatorio del Roque de los Muchachos en una hermosa isla que tiene una de las matrices de telescopios más completas del mundo.
No me cabe duda de que hay muchas formas de observar el cielo, al menos desde la literatura y la filosofía. Disfruta de la noche, de la oscuridad de la noche. Estrellas, constelaciones. Desde el cielo, desde el cielo que sorprende, sorprende y en ocasiones incluso molesta.
Una visita a la isla de La Palma, en su punto más alto, a 2.426 metros sobre el nivel del mar, invita a reflexionar, cuestionar e inspirarse. En los límites del Parque Nacional Caldera de Taburiente se encuentra una de las redes de telescopios más completas del mundo: el Observatorio Roque de los Muchachos. Es, con Chile y Hawái, los centros astronómicos del mundo. Pero detrás del romanticismo que envuelve la admiración del cielo desde uno de los enclaves más importantes del mundo, cuando se llega a estos objetos, toda esta aura casi mística se materializa en obras, ciencias y decenas de proyectos de investigación.
‘Ley del cielo’ canaria
Las islas han sabido proteger uno de sus bienes más preciados: sus cielos. en 1988 31 de octubre Las Cortes españolas aprobaron una ley para proteger la calidad astronómica de los observatorios del Instituto de Astrofísica de las Islas Canarias (IAC). La llamada ley del cielo pretendía proteger a los observatorios de La Palma y Tenerife de la contaminación. Así, gracias a un cielo despejado, se garantizó la calidad de la investigación.
En esta ley se han cuidado de cuatro aspectos principales para un ambiente limpio y puro. Uno de ellos es evitar la contaminación radiofónica limitando la cantidad de radiación radiofónica cerca de los observatorios. A continuación, evite los aviones que sobrevuelan la zona. Todas las rutas aéreas deben encaminarse de forma que no queden novias en el cielo. El tercero es la contaminación del aire. No se pueden instalar industrias por encima de 1500 metros. Y, por último, tener el mayor impacto social, evitando la contaminación lumínica. ‘La idea era que las luminarias y el alumbrado público no miraran al cielo, sino sólo al suelo, con el nivel y el color adecuados’, explica Federico de la Paz , técnico de la Oficina de Seguridad. Calidad del cielo IAC.
Aunque hoy estamos acostumbrados a la iluminación tipo LED, hace 30 años esto supuso un cambio radical en la isla. Durante la noche, el uso de luces blancas en la vía pública cambió a luces ámbar. No sólo está cambiando el alumbrado público, sino también los letreros iluminados de las tiendas y la iluminación decorativa. Me hizo aceptar la oscuridad.
La luz extremadamente tenue provocó una extraña irritación anecdótica. ‘Dijeron que no solo daban muy poca luz, sino que parecían enfermos’, dice Federico. Por su parte, hoy están orgullosos de haber colaborado con una de las mejores cubiertas del mundo.
El objetivo no era sólo astronómico, sino medioambiental. El exceso de luz afecta a la salud humana, los hábitats de los animales y los ecosistemas vegetales. La ‘ley del cielo’ canaria en iluminación inteligente marcó el antes’ y el ‘después’ no sólo en las islas, sino también a nivel internacional. ‘Desperdiciar energía en las grandes ciudades para iluminar las calles en vez de iluminarlas ciega a los ciudadanos, impidiéndoles disfrutar del cielo nocturno y sus estrellas’, añade.
En La Palma, este entendimiento empezó hace 30 años.
‘Cuando aparecen las primeras estrellas, empezamos a hacer ciencia’
Desde 1985 el Observatorio Roque de los Muchachos (ORM) trabaja en beneficio de la ciencia y la astronomía. Sin embargo, fue en 1998, cuando se aprobó la construcción del Gran Telescopio Canarias (GTC), que España se incorporó al prestigioso club de astronomía mundial.
‘Grantekan nos puso al frente del reloj. Hoy, este telescopio es el mayor de este tipo, con un diámetro de 10,4 metros”, explica el astrónomo del IAC Ramón García López .
Se trata de un telescopio nocturno con un espejo primario formado por 36 secciones hexagonales que pueden recoger mucha luz, que dirige a los espejos secundarios.
Nieves Castro , astrónomo ayudante del Gran Telescopio Canarias, trabaja en esta gran estructura, de 41 metros de altura y 500 toneladas de peso. ‘La cúpula se abre al atardecer para realizar las primeras medidas de calibración. En ese momento, salgo a ver la puesta de sol y disfruto de ese momento de calma antes de una noche de observación. Cuando salen las primeras estrellas, es cuando empiezas a hacer ciencia”, dice con una orgullosa sonrisa.
Una buena noche debe tener un cielo despejado. El mar de nubes debe estar debajo. La noche debe ser estable, sin viento y, curiosamente, sin luna. Los vientos alisios completan la ecuación perfecta.
Nieves se emociona cuando habla de los proyectos en los que está trabajando. Las largas noches en la sala de control merecen la pena cuando los datos registrados confirman algunas de las investigaciones anteriores. “Cuando, por ejemplo, observamos supernovas y nos comunicamos con el científico responsable, es un alto profesional.
Trabajar en el Observatorio Roque de los Muchachos, como astrónomo y quiromano, es para ella un privilegio porque, además, está en el municipio de Garafia, donde nació. Recuerda el momento de su inauguración cuando era pequeña y los discursos que le hicieron en la escuela sobre su importancia. ‘Siempre digo que es cuando me enganché a la astronomía. Miré muy arriba, sobre todo en las noches de verano cuando podía ver la espectacular Vía Láctea y me preguntaba qué estaba ahí fuera.
LST-1, nueva incorporación
El observatorio sigue creciendo y persigue nuevos objetivos. Lo más reciente es la expansión de los telescopios Cherenkov. Una iniciativa de 31 países para crear una ambiciosa red global de estos instrumentos. Se trata de telescopios que observan la región más energética de los rayos gamma, la última ventana abierta del espectro electromagnético. Estamos hablando de rayos X, rayos gamma, microondas, rayos infrarrojos o ultravioleta.
Hace unas semanas se instaló en La Palma el prototipo LST-1 con dos telescopios Magic existentes. Están diseñados para observaciones extragalácticas como agujeros negros y estrellas de supernovas.
El futuro de Roque de los Muchachos pasa ahora con el TMT (Thirty Meter Telescope), que compite con Hawái por su ubicación definitiva. ‘Con Chile, tendríamos el observatorio de telescopios ópticos de rayos gamma e infrarrojos más grande del mundo’, dice la investigadora García López.
Vía astroturismo
Toño González es guía con licencia Starlight , una acreditación internacional para destinos turísticos que disponen de recursos naturales como el cielo. Una iniciativa impulsada desde hace muchos años por el Instituto de Astrofísica de las Islas Canarias.
Hoy, acompaña a un grupo de turistas de la península, ingleses y suecos. El día es poco favorable para la observación, debido al reciente temporal que ha barrido a las islas; pero logra mantener la curiosidad y el foco durante todo el recorrido.
Una de las cosas más importantes que el astrofísico se ha dado cuenta es que tradición y modernidad existen en el mismo entorno. El Roque de los Muchachos demuestra perfectamente cómo la naturaleza se integra con la ciencia. ‘Desde entonces, los Palmeros nos hemos dado cuenta de que podemos explotar el astroturismo, o turismo astrofísico, basado en el respeto y el desarrollo sostenible’, dice.
Así, paralelamente a las actividades de observatorio, han surgido iniciativas como la Red de Enfoques Astronómicos. ‘Decimos que en La Palma hay 14 cielos porque animamos a cada municipio a tener un mirador con paneles etnográficos relacionados con la astronomía.
Los sectores se fueron convirtiendo progresivamente en temáticos. Masías que disponen de telescopios en sus jardines para ofrecer actividades de observación, bodegas que le han integrado en sus conceptos y empresas que organizan observaciones nocturnas en diferentes cotas sin tener que subir a La Roca.
Siempre existe una necesidad vital entre los trabajadores de extensión. En nuestro país, esta ciencia se considera parte de la cultura. Hazlo de una forma que despierta la curiosidad. Por ejemplo, conocer cuáles son las leyes de la termodinámica debería ser tan importante como conocer géneros literarios o conceptos filosóficos. Y sobre todo, dicen, porque el futuro depende de la observación. Aprende a ver y apreciar detalles.

Alexis Torrente, lleva 2 décadas enseñando a localizar e interpretar constelaciones a infinidad de grupos de iniciados en astronomía. Ha conocido y recibido consejos de grandes figuras del mundo de las estrellas y planetas, que sin suda está dispuesto a compartir con nosotros. Siempre desde su punto de vista tan característico.