
Los viajes espaciales entraron en la era de la propulsión iónica en 1998 con el lanzamiento de la nave espacial Deep Space 1, cuya misión era probar nuevas tecnologías.
Aunque la propulsión iónica de Deep Space 1 le dio mucha menos aceleración que la atracción gravitatoria de la Tierra, poco a poco dio a la nave espacial la velocidad necesaria para viajar por nuestro sistema solar.
Este sistema de propulsión funciona ionizando átomos de xenón, que son alimentados por grandes placas solares. Así, a medida que estos iones son repelidos de la nave espacial por el fuerte campo eléctrico, la nave espacial se acelera paulatinamente.
Esta foto muestra iones calientes (en azul) que surgen de un sistema de propulsión prototipo que se probó con éxito en JPL en 1997.
en julio de 1999, Deep Space 1 se acercó con éxito al asteroide 9969 Braille, y en septiembre de 2001 al cometa Borrelly, produciendo la imagen más detallada del núcleo de un cometa jamás tomada. El estudio se canceló en 2001. Diciembre.

Michael Montero es especialista en Astronomía, cuenta con años de experiencia en observatorios y está especializado en avistamiento a media distancia. También ha preparado a algunos grupos de iniciados en astronomía. Una de sus aficiones más importantes es la observación de astros en la naturaleza, que practica cuando sus viajes y trabajo se lo permiten.