
Un equipo de doce estudiantes de la Universidad de Bilbao, liderado por el ingeniero Leon Alejandro Otero, está desarrollando un detector de rayos cósmicos, un proyecto escogido por la Agencia Espacial Europea para ser arrojado al espacio desde la estación sueca en octubre. informa el Ef.
El objetivo de este detector es determinar el tipo y comportamiento de los rayos cósmicos a una altitud intermedia entre la tierra y la posición habitual de los satélites, a fin de determinar su densidad, Otero, que se encarga de la parte estructural y mecánica del proyecto, explicado en una entrevista. con la Agencia Efe.
Un estudio posterior al lanzamiento determinará ‘si podrían ser más o menos dañinos, por ejemplo, para determinados dispositivos electrónicos o aeronaves’, dijo.
El proyecto se llama ACUERDO (Altitude Cosmic Ray Detector) y forma parte del programa REXUS/BEXUS impulsado por las agencias espaciales alemana y sueca.
Los doce responsables del proyecto, todos estudiantes de posgrado en ciencia y tecnología espaciales, visitarán el próximo fin de semana las instalaciones de la Agencia Espacial Nacional Sueca, desde donde se lanzará al espacio el detector cuando esté terminado.
El proyecto empezó a tomar forma en septiembre de 2022 y se lanzará al espacio el próximo octubre desde el Centro Espacial Esrange, en el norte de Suecia, a 200 kilómetros del círculo polar ártico.
El proyecto, cuyo coste de producción se calcula como ‘muy bajo, cercano a los mil euros’, consiste en diseñar y construir un detector de rayos cósmicos, que será llevado por un globo estratosférico a una altura máxima de treinta kilómetros.
‘Durante el ascenso, debe ser capaz de detectar el número y el tipo de rayos cósmicos que la atraviesan mientras sobreviven a condiciones de temperatura extremas’, explicó Otero.
Este equipo de estudiantes de la Escuela de Postgrado de Ingeniería Técnica de la Universidad de Bilbao ya ha desarrollado un prototipo de detector y lo ha probado sobre el terreno.
Otero explicó que la cámara, que se lanzará al espacio, se elevará en un globo ‘del tamaño de una moneda’, completará un vuelo de cinco horas y recopilará los datos necesarios para entender cómo funcionan los rayos cósmicos.
‘La primera capa tendrá un aislamiento térmico para proteger el detector de temperaturas extremas de hasta ochenta grados centígrados, mientras que la segunda capa será de fibra de carbono y el marco de la caja será de aluminio’, describió.
También habrá un depósito de hielo seco en la base que genera el punto frío, y por encima se colocará un cubo de metacrilato transparente con un punto caliente.
‘Pondremos una esponja remojada en alcohol isopropílico en este cubo para crear una niebla. Las partículas pasan por crear trayectorias’, ha explicado.
Todo el proceso será filmado por diferentes cámaras colocadas en el detector, y después del aterrizaje se realizará una prospección, que durará dos meses, y las imágenes se editarán en un vídeo tridimensional para ver el recorrido de los rayos cósmicos. . esto.
Pese a reconocer la labor de las universidades dedicadas a este tipo de proyectos de investigación, Otero ha deplorado las carencias de España en el ámbito científico.
‘España está a la baja porque lo quiere. No hay tradición espacial y pocas universidades competidoras para este tipo de experiencia”, ha afirmado y ha asegurado que “claro que hay profesionales y está claro que hay nivel, pero las universidades no tienen tradición y continuidad. ‘, se lamentó.
EFE

Michael Montero es especialista en Astronomía, cuenta con años de experiencia en observatorios y está especializado en avistamiento a media distancia. También ha preparado a algunos grupos de iniciados en astronomía. Una de sus aficiones más importantes es la observación de astros en la naturaleza, que practica cuando sus viajes y trabajo se lo permiten.