
Gracias a las observaciones hechas por la sonda espacial Cassini y la red de espacio profundo de la NASA, sabemos un poco más sobre Encélado, una de las lunas de Saturno. en 2005, científicos estadounidenses e italianos encontraron pruebas de que Enceladus, cuya superficie está cubierta de hielo, es un océano subterráneo de agua líquida. Esta revelación abrió un nuevo campo para los científicos sobre la posibilidad de que hubiera microbios extraterrestres en ese satélite.
La búsqueda comenzó cuando la nave espacial Cassini detectó géiseres de vapor de agua y hielo que emitían desde respiradores cercanos al polo sur de Enceladus. Estos datos proporcionaron las primeras medidas geofísicas de la estructura interna de esa luna, lo que sugiere que el interior de la luna de Saturno tiene un océano. Todo indica que sólo se podía encontrar agua a 40 kilómetros de la superficie helada de Encélad.
El descubrimiento fue bastante inesperado, ya que la temperatura superficial de Enceladus es de -180 grados centígrados y su tamaño es demasiado pequeño para tener una fuente de energía interna capaz de fundir el hielo y generar agua líquida.
Los científicos estiman que este océano podría ser tan grande como el lago Superior, compartido por Estados Unidos y Canadá, con una superficie de 82.100 kilómetros cuadrados. Además, esta masa de agua se encuentra en una gran capa de roca silicia.

Michael Montero es especialista en Astronomía, cuenta con años de experiencia en observatorios y está especializado en avistamiento a media distancia. También ha preparado a algunos grupos de iniciados en astronomía. Una de sus aficiones más importantes es la observación de astros en la naturaleza, que practica cuando sus viajes y trabajo se lo permiten.